Delante de los que dejamos allí, hermanos de lucha, sorprendidos, llevando el buen combate, y que el enemigo no nos devolvió. Vecinos de bloque que tragaban de pie, a nuestro lado su escasa pitanza, compañeros de cadena que han devanado trabajosamente con nosotros todas aquellas jornadas de esclavitud…
Compañeros del Campo que hemos codeado en sus harapos irrisorios durante los ratos interminables cuando pasaban lista…
A todos los que tanto han sufrido después de haberse sublevado contra el avasallamiento de la Patria
Aquí, nosotros, cuya vida fue salvada, no pensamos estar en paz frente a ellos. Conocemos las esperanzas que los animaban. Implícitamente somos los depositarios, y tenemos ante ellos, la responsabilidad de realizar hoy, aquellas esperanzas, no solo para nosotros y los nuestros, sino para justificar el martírio de nuestros compañeros caídos.
- Hermanos que hemos perdido, podéis contar con nosotros para seguir el labor. Todos juntos ante vuestro recuerdo juramos proseguir la resurrección de Francia, quedando vigilantes hacia sus enemigos.
- Juramos exigir que sean justamente castigados vuestros verdugos y que sean puestos fuera de poder perjudicar mientras viviremos, los tiranos de nuestra patria.
- Con todos los medios en nuestro poder, nos dedicaremos ahora, a obrar para su
- Juramos que lo mejor de nuestro esfuerzo, será vivificárla por dentro.
- Unidos en una mísma voluntad fecunda no dejaremos jamás de sentir nuestra comunidad de lucha y de miseria para dar el ejemplo de ayuda y de fraternidad.
En el egoísmo y en el abandono de demasiados compatriotas inconscientes, nosotros, no sabriamos olvidar que la supervivencia de la cual nos aprovechamos, no es más que una prórroga para permitirnos superar siempre donde estemos, la cobardia por el coraje, la mentira por la franqueza, la mezquindad por la grandeza. No conseguiríais jamás que hubiésemos regresado para mostrarnos mediocres en una Francia liberada y agotada.
Obsesionados por vuestro reciente calvario, juramos hacerlo todo para que no sea vano, volviéndonos dignos de vosotros, nosotros antes que todos, y que a cada instante podáis reconocernos como verdaderos compañeros!
Amigos todavía tan cercanos, quedaréis constantemente presentes en nuestro afecto y juramos quedar hasta nuestra muerte, fieles a vuestro recuerdo .
Texto adoptado el 22 de abril de 1946 durante el I Congreso Nacional del Amicale de Neuengamme